Todos queremos una vida en plenitud y sin sufrimiento, pero para ello, es necesario ser conscientes de nuestro verdadero yo y ser coherentes con él. Pare ello debemos liberarnos del complejo estado de nuestra mente que nos tiene esclavizados a sus constantes deseos, miedos y juicios, convirtiéndonos en víctimas de la ignorancia. Perdemos la conciencia de lo que hay debajo de todas esas capas y pasamos a un estado de piloto automático desconectando de nuestro verdadero yo, dando por supuesto que esa personalidad que nos hemos ido creando con las experiencias que hemos vivido, es nuestra verdadera identidad.
“ Amarse es darse el permiso y la libertad de Ser, sea lo que sea lo que surja.”
Es esta percepción subjetiva o distorsión de la verdadera realidad lo que causa nuestro sufrimiento. Pretendemos que la realidad se ajuste a nuestros deseos y expectativas, lo que es una pretensión tanto egocéntrica como ilusoria. La sabiduría consiste en saber aceptar nuestro destino, en confiar en el universo y aprender de los obstáculos que vayan apareciendo. La ignorancia es el no aceptar la realidad, hacerse una víctima de lo sucedido y querer resistirse a ella.
“ Tener una expectativa es estar bloqueado, mientras que no tenerla es fluir”
A lo largo del proceso de transformación nos encontraremos víctimas del EGO una y otra vez y no será tan fácil transcenderlo ya que hemos vivido inconscientes de nosotros mismos muchos años. A veces, seremos conscientes pero la falta de energía nos impedirá dejar de actuar por inercia ante determinados estímulos externos.
“ La clave está en desaprender…. Salir del ego para abrir la mirada y poder conectar con otra experiencia"
Si no dedicamos tiempo de nuestras vidas al silencio, la meditación, la conciencia plena del ahora y el cultivo de nuestro desarrollo personal nos seguiremos autoengañando y nos mantendremos esclavizados a una mente y en consecuencia a un falso yo.
“ Nos perdemos buscando fuera lo que no encontramos dentro, sin darnos cuenta de que fuera no podremos encontrar lo que hemos de buscar dentro.”
Cuando centramos nuestra mirada en lo que sucede en nuestro interior, que es precisamente lo único que sí depende por completo de nosotros, tomamos conciencia de que la experiencia no es lo que nos pasa, sino la interpretación que hacemos y por lo tanto, nadie nos hace sufrir sino que es consecuencia de como interpretamos lo que nos sucede.
